13 feb 2008

ES NECESARIO ACLARAR

Y bueno, muchach@s, durante este mes, y de manera excepcional, este nunca bien ponderado blog, estará dedicado al amor. (La rima no fue intencional). No podía ser menos; todo el mundo arrojando las pasiones a borbotones, haciendo declaraciones iracundas, regalando chocolatitos y asesinando Rosas. Luego de esta profunda reflexión existencial, comencé a tratar de escribir poemas de amor, que de verdad representaran lo más sublime de este sentimiento mongolizante (al que se le ocurrió decir “venga”, le dedico el cumpleaños feliz, por las ochenta y cuatro velitas que tendrá que apagar por ese chiste añejo; y le regalo una dosis de ginseng para activar su alicaída creatividad).

Prosigo. Probé varias fórmulas, pero el resultado siempre era el mismo: aquellos poemillas, resultaban sospechosamente similares a todo lo anterior, a decir verdad, eran un miserable plagio inconciente de mierda. Y no quise publicar aquello como si “fuera mío”. Pensé en qué podía hacer, y me acordé de la canción característica del programa infantil Cachureos, que dice: “…somos investigadores y audaces periodistas, y a veces nos disfrazamos, para hacernos Los Artistas.” ¡Bingo!... me disfracé de algunos poetas chilenos y escribí como si yo mismito fuera cada uno de ellos. Con ustedes, Huidobro, Uribe, Parra, Zurita, Neruda y Rojas.

Post data: no reparé en gastos.

Post data 2: el que tenga ojos (de Lince), que entienda.

COMO DON GONZALO ROJAS



Más que el canto del amor a la mujer que amé,
estoy por el pasado que se hace presente por ti, por mí y ambos dos;
cada cierto tiempo como el rostro que forma espejismos en tu propio rostro,
los que tocan a la puerta de mis sesos como un golpeteo constante,
en acordes de jazz sincopado, cuando tus labios pintarrajeados
coloreaban mi tronco y las costillas.

Es que nada más que tú, asomas a la pieza olvidada,
con la silla polvorienta y las puertas retocadas,
creando nuevos paisajes, siempre nuevos paisajes para mí,
contorneando la premura esbeltez de tus longilíneas piernas
de hembra, espontáneamente seca como hoja seca, o
grotescamente bestial desde la nariz y los oídos,
pero sobre todo, desde tus muslos: me dejas muslo
más muslo, aprisionado al tabernáculo,
invitado de honor al banquete monárquico.
Me destierras a besarte cada diente entre tus dientes,
cada pelo entre tus pelos, salvaje: leona en celo.

Eclípsame una vez más con tu pescuezo, gíralo,
girasoles en remolinos de espasmos, grita, retuércete
desde el rubio sol que nos alumbraba matiné, vermouth y noche.
Asómate una vez más y camina sobre mi espalda,
para sentir el gemir de tu sexo con el calor que emanas,
voy por el sudor, una vez más, de yegua faraónica,
de esfinge bailarina en tus nalgas.

Mi desvergonzada Baudeleriana, que la danza paradisíaca
te desborde sobre mis tambores ¿Te oliera, te besara,
te brutalmente asesinara por la espalda?... puñaladas.
Te acabara, te oyera gemir, ¡me aullaras!
¡Mi amazónica, mi gitana, mi odalisca, greca romana!
¿Cuánto más te pensara?...
Me encomiendo a tus rodillas y talones, al génesis del génesis,
a la vida en abundancia que regalas; en otras palabras,
me desarraigo de mi alma y me hago siamés célebre,
fortificando el enrejado que estrangulara estas ganas,
estas últimas y cremadas ganas de llamarte en la nada,
o de polarizarme en odio desbordado por mi lengua,
que ahora es tu lengua.

Lengua víbora salvaje, humeante; y por tus poros
circula la savia de la vida: Eros me encuentro en tus vértebras,
de las siete vértebras vivas que son tus siete colores de una jarcia

navegando al océano de tu Presencia No Presencia.

Sabemos que la caída del Ángel tambalea las ideas de gobernarte,
que aterrizo con el sueño exquisito de yacer sobre tu vientre,
convertirme en niño y besar agónicamente el perímetro de tu ombligo,
hasta el tibio llamado de tu Thánatos: yo tu cordero con soga al cuello,
ofrendando(me) y devorando mi propio corazón morado;
voy por la des-gustación armagedónica del no-poseerte.

A LO URIBE



Me quedo con el olor a muerte que es tu amor pendiente,
pendiente de tus cabellos que jalé y aspire de tu pubis.
Me quedo con el cuadro divinamente carnal,
donde te imagino con la esperma del Arcángel escarchada en tus senos.
Langüeteo como perro colérico tus cueros,
tus zapatos tacos alto y tus medias lubricadas.
Mientras tú, mi Venus clitoreana,
juegas a las adivinanzas de las eyaculaciones matinales.

COMO NERUDA VIEJO


(no resulta si no se lee con el tonito nerudiano)



Dadme, dadme todo el amor,
dadme todo el amor de los hombres,
de las muchachas, de los niños y los gatos.

Yo voy a multiplicarlo por todas las estrellas del Universo,
como arena en los botes del pescador,
como roquerío costero,
como levadura del pan que florece abundante
en las manos llagadas de la mujer norteña.

Aquí, en el desierto más árido del mundo,
encuentra cobijo mi alma cuando germinan,
de pronto, las voces de mis hermanos sin voz,
aquí, resucitan los espejismos como hombres,
entre espinas furibundas caídas desde el cielo,
entre las piedras como laberintos que se abren.

Todo el amor escondido detrás de una tumba.
Todo el amor salpicado por la risa de un niño.
Todo el amor de la sangre derramada.
Todo el amor de los árboles perennes,
como el beso de un hijo en el lecho de su madre.

Dadme, dadme todo el sufrimiento,
Dadme todo el sufrimiento de los sin nombre,
de los que nacieron para inmolar su risa, sus corazones,
de las espigas, de los sauces, de los que no retornaron,
para arrullarlo como gorrión herido entre mis brazos,
y colarlo hasta sentir el fuego que arde las calderas del minero,
transmutarlo en la poesía que escribe la mujer en su vientre,
el cuajar fructífero de una cazuela biológica.

…Todo el amor de la gente de mi pueblo,
no cabe en un sólo pecho otoñal.

A LO VINCENT HUIDOBRO

El amor de una ola que abraza
La espuma de los cabellos de algas
Allí un olor a farol parisino
Cuenta las plumas de gaviota sin alas

El tercer vagón del ferrocarril
Volando sobre una nube de fragancias
Bebiendo champagne sobre los jardines versallescos
Donde brotan estrellas marinas y se cosechan
Los frutos del mar entre tus manos

Es que el beso que fluye del río Sena
Es el espacio entre los castillos de arena
La muda palabra del viento en tus pupilas
La copa de cristal donde revientan tus lágrimas

Oh Poesía principesca
Bordada con hilos de oro en la mesa de los ángeles
Traedme el resplandeciente rugir del Monte Cenis
Para sembrar un árbol de cochayuyos bajo el Arc de Triomphe
Una muchacha barre por las mañanas sus hojas
Y lo riega con el agua del atlántico

Un delfín canta con su corona
La Marsellesa en el zenit de Tour Eiffel
Yo te beso con la destreza del Pegaso
Estampada en la punta de mi lengua

A LO ZURITA

I
El amor de Chile, no fue el amor de Chile, sino que fueron los gritos sordos de las estrellas de mar que fecundaron las rocas de las costas de Chile.
Fueron los aullidos de los delfines con arenas en sus ojos, que treparon los prados de algas somnolientas en un cause remoto de tu nombre en los nombres, de los que no tuvieron nombre, y fueron huérfanos hasta no escuchar al unísono a la patria hablar desde sus entrañas en las marejadas ajenas que golpearon cada playa, cada puerto, cada marea espesa de peces agónicos.
II
El amor de Chile entonces, fue la espuma sulfurante, que recaló en las playas norteñas sin nombre, en sureñas ventiscadas que hoy son ciegos testigos de todos los hijos de la sal, de todos los hombres de las costas.
III
Y así el amor creció en las redes, y así Zurita no fue Zurita, sino que fue una Z en el abismo del abecedario Chileno, un rumor en las últimas páginas descalibradas del silabario de un niño sin nombre, debajo de los castillos de arena, entre los sueños de todas las criaturas marinas.

5 feb 2008

LA CALLE OPINA


Dicen que soy latero
Que escribo textos muy

L

A

R

G

O

S

Que no se entiende nada
Que hay palabras indescifrables
E ideas

In

Con

Men

Su

Ra

Bles

Sin duda que aquello
Me tiene afligido
Mi pequeño narciso
Llora a moco tendío

La autocomplacencia
Me da una luz de esperanza:
Vox populi, vox Dei

Los dichos de la gente
Son verdaderamente
Un honor para mí

Voy por buen camino

Cada día que pasa
Parezco más Poeta
Quizás algún día
Me gane el Nóbel

Ok…
Con el Nacional
Me conformo.